Por Sin Reservas
El recien sepultado año 2019, fue el de mayor retroceso institucional para la República Dominicana, poniéndose a una el poder político y la mayoría empresarial, para consumar esta triste situación.
El accionar de los enganchados a político es entendible porque cuando se hacen reo de sus fechorías, hacen lo imposible por tener bajo su mando o control a las instituciones llamadas a ponerle coto, pero que logren el respaldo casi unanime del poder económico, ya sea por eso mismo (por beneficios económicos) o porque tienen hechas que lo hacen presa del chantaje y persecución del Poder Ejecutivo, es lo penoso.
Son muchos los casos, pero sólo vamos a citar dos de los que más afectan a la institucionalidad democrática. No sin antes exponer que no vimos al Conep, pronunciarse cuando gravemente fue asaltado el pasado mes de julio el Congreso Nacional.
El mayor acto de vandalismo (donde se puso de manifiesto que la delincuencia no tiene límites) de la mayor parte del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) fue la complicidad con el robo de las elecciones primarias a Leonel Fernández, Presidente del partido en el poder, por parte del Gobierno, con el contubernio de la Junta Central Electoral (JCE), a la cabeza Julio César Castaños Guzmán.
Pero no solo se pusieron a una y se hicieron concomitante del fraude electoral, sino que cometieron la osadía de presentarse ante el despacho de la JCE a consumar su indelicadeza.
Pero cáspita el Conep, tuvo el tupé de invitar al Presidente Fernández, a una actividad donde estuvo su candidato y otros beneficiados del robo de la primarias y que lamentablemente Luis Abinader, le hizo el juego.
El otro caso a citar, de los más graves de estos facinerosos del Conep, fue el haberle dado su «visto bueno» a la aberración emanada del mal llamado Consejo Nacional de la Magistratura, con la elección de los «jueces» de todas las altas cortes, a la medida de Danilo Medina y sus secuaces.
Estos dos casos ponen en peligro la incierne democracia, y tal parece que los que ahora pululan en la dirección del Conep, están actuando para lograr pingues beneficios, olvidándose que la tuerca desecha el tornillo, cuando se le excede de apretarla, y ellos no se salvaran cuando se descarrile el tren.
Por lo que así:
«No hay becerro, que llegue a buey…!!!